Falsa alarma

Se cae un cachivache de la China
que los chinos pusieron en el cielo,
en horario, parece, de oficina,
habrá que amontonarse en el subsuelo.
El fallido modelo,
por una deficiencia de rutina,
se deshace en pedazos, como el hielo.
Bitácora del caos: La Argentina.
Me cachi en la Tiangon guión Barra 1
y en el grave desliz inoportuno
que el trasto de metal se venga a pique.
Nadie da explicaciones del asunto,
se desintegra y punto
y andá a pedirle a Dios que te lo explique. ©

Periodismo poético-literal.
Del Blog De lunfa somos.
Foto de la estación espacial Tiangong-1 difundida por el Instituto Fraunhofer FHR.

Play it again

"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos"

En un feca bacán de Casablanca,
donde cae la mersa más cambusa,
una mina papusa

se para ante el destino y se la banca.

El trompa del café se desbarranca

a cuenta de una pena rantifusa,

parece que la intrusa

fue dueña del amor que lo apalanca.

Después del encamote y el olvido,

ella llega del brazo de un marido

que hasta ayer no tenía...

—Ya nada salvaremos del espanto,

ni siquiera París, de lluvia y llanto,

porque entonces llorabas y llovía. ©

Del libro De lunfa somos.

Maluna

La nami de peluca platinada,
zapatos de tacón, medias de seda,
cantaba en un burdel de Avellaneda
con un hilo de voz atormentada.
La trompa colorada
y los ojos de escabio y humareda,
yugando por llevarse una moneda
al filo de la nueva madrugada.
Un vestido de corte milonguero
le ceñía el trasero
y a su paso chocaban los planetas.
Si habrá embaucado giles, la minusa,
jugando inocentona a ser la musa
de pungas, de borrachos, de poetas. ©

Del libro De lunfa somos.
Recitado en el Tortoni.

Nocturnos

La musa de Chopin, mina compleja
de carácter fulero,
se empilcha con talompas y sombrero
y guay si algún gilardo se le queja.
Guardado en el cotorro, su pareja,
escribe una milonga y un bolero,
mazurcas y algún rock arrabalero
que son un baibiscuí para la oreja.
Sentados como niños frente al piano
disfrutan de Mallorca y el verano
brindando con champán y con anís;
parecen dos amantes aprendices...
Después vendrán las horas infelices
y el frío de Varsovia, allá en París. ©

Del libro De lunfa somos.
Ilustración don Giovanni Zorzoli.
Recitado en el Tortoni.

Buonarroti

Se chivó de los tarros de pintura,
de la témpera, el óleo, la anilina,
de pintar el mural de la Sixtina,
del vértigo y la altura.
Del dolor en el cuello y la cintura,
de los curas de Dios y la rutina,
del ángel en el cielo de la esquina,
de la fama futura.
De yugar siete días por semana
y escuchar el talán de la campana
melancólico y tardo.
De la cal en los ojos y el estuco,
de ponerse el roñoso mameluco,
de no poder pintar como Leonardo.  ©

De libro De lunfa somos.
Caricatura: Julio Ibarra.
Recitado en radio UAI.