sábado, 29 de septiembre de 2018

Arolas

Le baten Eduardo Arolas,
allá en el sur de Barracas
un barrio de vacas flacas
y un colmenar de farolas.
Tiempo de paicas y violas,
de compadritos armados, 
con timbos acordonados
de cuero o negra gamuza
y una percanta papusa
para lucirla a su lado.

Allá por el año diez,
cuando el gotán se trajeaba
(y en un burdel la garaba
vendía su desnudez),

hubo un antes y un después
de musicar el bandola.
Fueron las manos de Arolas
las que lo hicieron real,
y una piba de percal
que lo amuró a la bartola.

Perjurio de un tango gris
lleno de escabio y rencor,
para morirse de amor
en un rincón de París.
Desangrada cicatriz
que le parte el corazón,
con la terca maldición
de la nostalgia más sola...
Se llamaba Eduardo Arolas,
el "Tigre del bandoneón". ©

Del libro De lunfa somos.
Recitado en el Manzi.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Olivari

En el Buenos Aires del 1900,
por los andurriales de la mishiadura,
el Trompa del cielo, con su investidura,
batió la conjura de tu nacimiento.
Palabras al viento
dichas al oído de la noche oscura,
rojo desaliento, negra quemadura
que sangra y supura la hiel de tu aliento.
De pálidas novias, de rotas mujeres,
en el tedio rante de rantes talleres,
con luz de agonía.
Naciste Olivari, turbia la garganta,
de la llaga punga, de la pena tanta,
como dos tizones de piromanía. ©

Del libro De lunfa somos
Dibujo:Andrés Guevara
Recitado en el Manzi.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Rocho

Era punga por vicio y por deporte,
lo llevaba en la yema de los dedos.
—Afano, luego existo, santo credo 
de tener en las manos un resorte.
Su oficina: Los medios de transporte,
tarareando los tangos de Quevedo,
relojes, billeteras, sin enredo,
con admirable porte.
Tenía cierta clase, no lo dudo,
ufano, mujeriego, banderudo,
tal cual te lo describo.
En el bondi repleto de "clientes",
volviendo por Corrientes,
le rezaba al Patrón del Colectivo.

Del libro De lunfa somos
Foto: Colección "Los Tangos del Siglo"
Recitado en el Manzi y en la APL