lunes, 27 de mayo de 2019

Don Roberto de los Selles

En el día de tu cumple, donde quiera que estés


Si parece don Quijote, tan campante,   
con su estampa de garabo milonguero,
el más lunfa de los vates, compañero,
esperando a Dulcinea en el pescante.
Si te viesen Sancho Panza y Rocinante 
con el lengue y el sombrero, 
en la barra del boliche más diquero 
te declaran con honores “Ñato andante”.
Don Roberto de la parla, cervantino,  
con la lanza de mis versos, del molino 
compadrito y prepotente, te resguardo. 
Corazón de pena dulce y de porfía,  
hacedor de la poesía 
en la patria luminosa del lunfardo. ©

Del libro De lunfa somos.
Imagen: Onix.
Recitado en el Café Montserrat y en Radio UAI.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Azúcar


Carlitos Baudelaire fuma y escribe
con la misma pasión con que respira,
a fuerza de escapar de la mentira
incordia la razón, molesta. Vive.
Proclive al desamor (pena inclusive),
te recita al azar una guajira,
permuta el corazón, sueña y suspira:
—Si yo hubiera nacido en el Caribe.
Y el alma se le llena de palmeras,
de mulatas que mueven las caderas
y trepan al amor, de rama en rama.
De rojos desenfrenos,
de mujeres tumbadas en su cama
ofrendando el almíbar de sus senos. ©

Del libro Llevarás en la piel
Ilustración: Angie
Recitado en el Montserrat y en la APL

martes, 21 de mayo de 2019

Malena (Clasificado)

Tus manos dos palomas que sienten frío..." (Manzi)

Mujer con voz carnal de noche oscura
y los ojos de negro contenido,
busca un hombre de porte decidido
que la tome febril por la cintura.
Tal vez allá en la infancia la conjura
de ser tal como soy, gotán de olvido,
me robó la simpleza de un latido
y un gesto de ternura.
En vértigo de cumbres y de azahares
al pie de los altares
ninguna como yo será tan buena.
Novicia de pasión a la deriva,
mujer en carne viva,
por algo llevo el nombre de Malena.  ©

Del libro De lunfa somos.
Pintura: Diego Manuel.
Recitado en el Tortoni y en la APL.

domingo, 19 de mayo de 2019

¡Ay Marion!



Si Marion Cotillard fuera mi musa,
en un bulo francés, cerca del Sena,
cuánto rubio champán de noche buena
correría debajo de su blusa.
Al cobijo fetén de luz difusa,
yo, punto del montón y ella, sirena,
en un salto mortal de luna llena
rasgaría la seda de su trusa.
Punga suerte chirusa,
berretín otoñal de cuarentena
en un tango de música inconclusa.
Espina avinagrada de mi pena,
y Marión, papirusa,
que en brazos de algún gil pianta de escena. ©

De libro De lunfa somos.
Recitado en el Tortoni y en el Café Montserrat.

domingo, 12 de mayo de 2019

El sillón de Vaccarezza

Con gentil delicadeza,
la lunfarda cofradía
me asignó con cortesía
el sillón de Vaccarezza.
Disfrute de impar riqueza
compartir con don Alberto
los versos a cielo abierto
en santidad de poesía, 
de la suya, de la mía,
como maná en el desierto.

Desde la nube tanguera
que Dios le asignó a su lado
sigue a su lápiz montado
con ilusión milonguera.
Don Alberto, quien nos viera,
compartir el corazón,
con la bendita pasión
que en cada uno repica.
La casa puede ser chica,
pero es inmenso el sillón. ©

Del Blog de Lunfa somos.
recitado en la APL.

jueves, 9 de mayo de 2019

De la Púa

Dedicatoria del único libro de De la Púa, La crencha engrasada: "A mis rivales en el cariño de Buenos Aires: Nicolás Olivari, Raúl Gonzalez Tuñón y Jorge Luis Borges" 

Aquel viernes tristón, en Recoleta,
poca gente, ninguna,
trepó al aguantadero de la luna
para empujar el jonca del Poeta.
Una jermu fatal, fina y discreta,
un tahúr sin fortuna,
la pandilla del diario  y la importuna
presencia de la Parca de opereta.
La banda del "Puchero misterioso",
cuatro pungas y un coso,
un bardo del montón, el funebrero,
algún taura de ley, una yiranta,
una novia de tantas,
Olivari, Tuñón y el "Palabrero". ©

Del libro De lunfa somos.
Recitado en el Tortoni.

miércoles, 1 de mayo de 2019

El punto del montón

En memoria de aquellos laburantes que se cargaron al hombro la Argentina.

El punto del montón se desayuna
con que la vida es cuento
y uncido al carrusel del sufrimiento
le afanan la sortija de la luna.
Más solo que la una,
perdido en una selva de cemento,
labura pa´ pagarse el alimento
del garrón y la hambruna.
Con un terco berrinche de desgano
se carga sobre el hombro, cotidiano,
un sol que rueda y rueda.
La vida batilana es una timba
que te pega de prepo una marimba
y juega con tu suerte a la moneda. ©

Del libro Oceanario.
Pintura: Antonio Berni.
Recitado en Radio UAI y en el café Homero Manzi.