En un bulo mistongo de Floresta,
la novia de Almirón y el pardo Aquino
adoban un entrampe clandestino
de besos a la horas de la siesta.
La nami, servicial y predispuesta
alega que son cosas del destino
y raja de la pieza como vino,
con ánimo de fiesta.
¡Qué castigo, Almirón, la suerte suya,
juntando la viyuya
pa´pagar el bulín y el estofado!
Con la mina jugando al encamote
y el pobre monigote,
cornudo como un ciervo colorado. ©
Del libro De lunfa somos.
Dibujo: Gilles Vrank.
De la serie "Con daños a terceros".
Duda atroz: En estos tiempos de cyber amores, la infidelidad virtual cuenta?
ResponderEliminar".... la novia de Almirón y el pardo Aquino
ResponderEliminaradoban un entrampe clandestino
de besos a la horas de la siesta...."
A ver niñitos, Novia y Pardo Aquino escriban en el pizarrón 1000 veces. " ESO NO SE HACE".
... a su duda, una modesta opinión:
Solo si se concreta.
La mayoría de las personas -por no decir todas- tienen fantasías que manifiestan de diferentes maneras. La virtualidad ofrece una vía para alguna de ellas.
REM
Mil veces es poco.
ResponderEliminarGracias por responder, disiento por cierto con tu punto de vista.
Ch.