Laburaba en el Templo de Atenea,
más bella que el mismísimo pecado,
Poseidón, con el cuore despechado,
a fuerza de chamuyo la versea.
Cierta noche la viola en la azotea
y la diosa, con gesto avinagrado,
en vez de condenar al desgraciado
la raja a la garaba de la aldea.
Atenea, celosa de Medusa,
con saña desmedida y rantifusa,
rencorosa, se venga en varios frentes.
La humilla, la reprueba,
la suelta al despechaje de la gleba
y le hace los rulos con serpientes. ©
Del libro De lunfa somos.
Recitado en el Café Montserrat y Radio UAI,
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