Con gentil delicadeza,
la lunfarda cofradía
me asignó con cortesía
el sillón de Vaccarezza.
Disfrute de impar riqueza
compartir con don Alberto
los versos a cielo abierto
en santidad de poesía,
de la suya, de la mía,
como maná en el desierto.
Desde la nube tanguera
que Dios le asignó a su lado
sigue a su lápiz montado
con ilusión milonguera.
Don Alberto, quien nos viera,
compartir el corazón,
con la bendita pasión
que en cada uno repica.
La casa puede ser chica,
pero es inmenso el sillón. ©
Del Blog de Lunfa somos.
recitado en la APL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario