Era un sapo de verde contingencia
con prosapia finoli de alto brillo
y una naifa de espíritu sencillo,
de roja incandescencia.
Dijo el sapo con cierta omnipotencia:
—Aquí donde me ves, tuve castillo,
fui monarca del Reino de Membrillo,
allá en mi adolescencia.
El sufrido animal jura y perjura
que una boca de enjundia puritana
volará por el aire la conjura.
Un domingo de abril, por la mañana,
se besan con ardor de quemadura
y la piba carnal se vuelve rana.
(Nunca creas en cuentos de princesas,
la vida batilana, mal incumple conjuros y promesas)
Del libro De diluvios y andenes.
Dibujo: Leticia Zamora Mendez.
La rana y el príncipe / Joan Manuel Serrat.
ResponderEliminarEl era un auténtico príncipe azul
más estirado y puesto que un maniquí,
que habitaba un palacio como el de Sissí
y salía en las revistas del corazón.
Que cuando tomaba dos copas de más
la emprendía a romper maleficios a besos.
más de una vez, con anterioridad,
tuvo Su Alteza problemas por eso.
Un reflejo que a la luna
se le escapó,
en la palma de un nenúfar
la descubrió.
Y como en él era frecuente
inmediatamente
la reconoció.
Ella era una auténtica rana común
que vivía ignorante de tal redentor,
cazando al vuelo insectos de su alrededor
sin importarle un rrábano el porvenir.
Escuchaba absorta a un macho croar
con la sangre alterada por la primavera,
cuando a traición aquel monstruoso animal
en un descuido la hizo prisionera.
A la luz de las estrellas
le acarició
tiernamente la papaba
y la besó.
Pero salió rana la rana
y Su Alteza en rana
se convirtió.
Con el agua a la altura de la nariz
descubrió horrorizado que para una vez
que ocurren esas cosas, funcionó al reves
y desde entonces sólo hace que brincar y brincar.
Es difícil su reinserción social.
No se adapta a la vida de los batracios
y la servidumbre, como es natural
no le permite la entrada en palacio.
Y en el jardín frondoso
de sus papás
hoy hay un príncipe menos
y una rana más.
El príncipe rana o El Rey Rana o Enrique el Férreo (Der Froschkönig oder der eiserne Heinrich) es un cuento de hadas de los hermanos Grimm, escritores y filólogos alemanes célebres por sus cuentos para niños.
ResponderEliminarTrata sobre una mimada y orgullosa princesa a la quéen su padre le regala una bola de oro, la cual le fascinó, pero un día, jugando cerca de un pozo, cae al agua.
ResponderEliminarEn el pozo habitaba una rana, con la cuál hace un trato: ésta le traerá la pelota y ella, a cambio, será su amiga y la llevará al palacio. Pero la princesa, una vez habiendo recuperado la pelota de oro, se olvida de su promesa.
Sin embargo, la rana se presenta en palacio y reclama lo que es suyo. Fastidiada, la princesa accede porque así se lo pide su padre, siendo obligada a comer del mismo plato y a dormir en la misma cama, como la rana lo exige. Pero su fastidio se torna en ilusión cuando descubre que la rana es, en realidad, un príncipe encantado.
Al final el príncipe rana le perdona a la princesa los malos y ariscos tratos que le hizo cuando estaba convertido en rana y para agradecerle a la princesa que ha roto el hechizo la princesa y el príncipe rana se casan y viven felices eternamente.
Desde el punto de vista neurobiológico, la historia de “El príncipe rana” se relaciona con la presencia en la piel de algunos anfibios de una sustancia, la bufotenina, capaz de causar alucinaciones, ilusiones de vuelo, visiones de colores, luces y formas, un auténtico “viaje” si el animal es besado.
ResponderEliminarEl nombre proviene del nombre genérico de los sapos, Bufo.Eso explicaría que las personas que besaran o lamieran un sapo tuvieran alucinaciones visuales o auditivas, percepciones grandiosas y un estado alterado de la consciencia: los animales hablan, los seres se transforman unos en otros, los protagonistas hacen cosas increíbles. (no confundir con aquellos que de vez en cuando tienen que tragarse un sapo)
Brillante.
ResponderEliminarGracias Cecilia, valoro la generosidad de tu comentario.
ResponderEliminarUn beso.
https://www.youtube.com/watch?v=VLJ4JNqtoTQ
ResponderEliminarLa niña Zamora Mendez (sabor a menta), Leticia, pinta como los Dioses, suponiendo que los Dioses pinten maravillosamente.
ResponderEliminar“… la vida batilana
ResponderEliminarmal incumple conjuros y promesas”
y aunque así sea , creer en cuentos de princesas nunca estará demás ante los devenires de esta vida batilana. Será que a mi me siguen gustando ....?
Beijinhos meu amigo Poeta.
REM
PD: Hermosas las pinturas de la niña Leticia Z.M.
Si, Rem, a pesar de ciertas desilusiones hay que seguir creyendo contra viento y marea, aún corriendo el riesgo de convertirse en rana.
ResponderEliminarEl dibujo es maravilloso.
Besos para romper el conjuro.