Aquel magro
poeta del suburbio,
predicador de
olvidos y querencias,
el de la
blanda luna de hace mucho
y las noches a
tientas.
Aquel de la
vecina de ojos mustios
y el familiar
oficio de la siesta,
del fuelle
roncador y el infortunio
de los pibes
hurgando en la miseria.
El del pálido
amor, pobre y desnudo,
aquel de la
perrada pordiosera
en el margen doméstico del mundo;
el de la novia
tísica de ausencia,
con sus misas
herejes y el preludio
del llanto que
presagia la tormenta. ©
Del libro De lunfa somos.
Caricatura: El Tomy.
Recitado en el Tortoni y Radio UAI.
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