jueves, 6 de agosto de 2020

El conventillo de la Paloma

Buenos Aires, año 30, bronca, garrón, fulería,
dos centavos el tranvía y un toco para la renta,
arroz, fideos, polenta, un hambre de la gran siete,
un gotán, un firulete y en un rincón de la pieza
don Alberto Vaccarezza garabateando un sainete.

-Serrano al 100, Villa Crespo (al otro lado del cielo),
una payada y un duelo de flor, contra flor al resto.
Hay un portero dispuesto, un vividor mujeriego,
un turco, un tano, un gallego, sus respectivas esposas
y hay entre todas las cosas una mujer hecha fuego.

Postal de un tiempo sencillo, Babel de oscuro lenguaje,
milonga de rompe y raje y un patio de conventillo,
tauras de faja y cuchillo, compadritos con diploma,
una percanta que asoma su pedigrí cadenero
y un pueta del año cero que la eterniza: Paloma.

Lío de faldas, chimentos, afrecho, balurdería
y toda la extranjería amuchada en los conventos,
cartas de amor, juramentos, una garaba y un bardo,
un chaferola gallardo rondando la noche en vela
y un tango de luna grela que se chamuya en lunfardo. ©.

Del libro "De lunfa somos" - Ilustración: Jorge Blanco
Recitado en la Academia Porteña  del Lunfardo.
Dedicado a don Alberto y Antonio Vaccarezza

8 comentarios:

  1. Era una paica papusa... En la voz de don Alberto Vaccarezza.

    https://www.youtube.com/watch?v=1C9blK8qZEk

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  2. El conventillo de la Paloma

    https://www.youtube.com/watch?v=kc_7pmKU5G8

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  3. Breve sinópsis de la vida don Alberto.

    https://www.youtube.com/watch?v=ZGiVvnhOXUQ

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  4. Para mi querido amigo, Antonio Vaccarezza, nieto e hijo de próceres poetas.

    El tordo Vaccarezza

    Después de jotrabar duro y parejo,
    con poliéteres, ceras, porcelana,
    el torno hijo de mil y el sana sana,
    Vaccarezza se juna en el espejo;
    una vida dejándose el pellejo
    con hidalga pericia cirujana,
    igual que un sacerdote sin sotana.
    Ya es hora de pensar en el festejo.
    En una ceremonia pertinente,
    el tordo "sacadientes"
    rifó el aspirador y el escalpelo,
    el fierraje de origen importado,
    el sillón reclinado
    y los dientes postizos del abuelo. ©

    Carlos Casellas / Académico lunfa
    Con afecto bucodental

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  5. Poema escrito sobre una anécdota de don Alberto, que me fue referida por su nieto, el querido Antonio Vaccarezza.

    Packard

    Cargó el Packard cual si fuera una valija
    y él un noble Robinsón de la realeza,
    al instante le asignaron cama y pieza
    y le dieron de la nave, la manija.
    El destino lo premió con la sortija
    de llamarse don Alberto Vaccarezza,
    caballero de porteña gentileza,
    con la estampa más prolija.
    Y a quemar el ventolín a cuatro manos,
    que vivir son dos veranos
    y después de “la calor”, el aguacero,
    con el barco de los sueños al garete,
    por la mar del algún sainete,
    hasta el día que nos cruce el gondolero. ©

    Carlos Casellas

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  6. Le cupo a don Alberto Vaccarezza, amigo personal de Gardel, despedirlo en la Chacarita, el día de su partida.

    Responso

    Murió Carlitos I,
    lo velan en Chacarita
    y nadie falta a la cita,
    ni el dotor ni el funebrero.
    Suena un rezongo canero
    y una milonga surera,
    desde un tango de Le Pera,
    al bandoneón de Piazzolla,
    y está la pena tan sola,
    que duele la vida entera.

    Las pibas, de luto en celo,
    los tauras de llanto fulo
    las grelas del cabarulo
    y un Buenos Aires en duelo.
    Llueven lágrimas del cielo,
    de humedecida tristeza,
    y en el dolor que nos pesa,
    en esta tarde vacía,
    con un corazón gomía
    lo despide Vaccarezza. ©

    Carlos Casellas

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  7. “… Postal de un tiempo sencillo,
    Babel de oscuro lenguaje …”

    Qué decir de esta maravilla de poema/relato homenajeando a don Alberto Vaccarezza y no quedándose solo con el primero tbn le hizo los honores con ese Responso.
    Ud. es un grosso amigo mío lo suyo no tiene techo, le es tan natural como respirar, como en este caso que pareciera que los versos no dejaban de fluir.
    Lo admiro, pero ya se lo había dicho, no?

    REM

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  8. Gracias Rem, me lo habías dicho si, pero siempre es grato volver a escucharlo. jeje.

    Don Vaccarezza un grande de aquellos, a quien también le fluían los versos.

    Un beso.

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