Se nos piantó con Manzi el cielo de la infancia,
la cita adolescente, la esquina y el farol,
el verso de Carriego, "de yuyos y de alfalfa",
el paso de Malena, la pena de Margot;
la piba de los ojos color de la nostalgia,
el patio ajedrezado, la luna de cartón,
la terca valentía del compadraje taura
y el filo del acero tayando por amor;
el eco de algún fueye, la chata polvorienta,
"el asma del otoño', las novias de la ausencia
y el paso de los tungos cruzando el arrabal,
Barracas (patria mía), el rioba de Pompeya,
"la esquina del herrero", el nudo de tus trenzas
y "el último organito" del último gotán. ©
Del libro De lunfa somos
Recitado en el Café Homero Manzi
Dibujo: Lucas Cejas.
Homero Manzi murió el 3 de mayo de 1951. Tenía 44 años y desde hacía siete que la venía peleando. Pero no pudo ser.
ResponderEliminarSe cuenta que una tarde, Manzi le dice a Barquina que se va a morir, que lo sabe, que a veces de noche ve a la señora de blanco merodear por los pasillos y asomarse a su cuarto.
ResponderEliminarBarquina lo escucha en silencio. Después, se pone de pie y sale del cuarto. A los pocos minutos regresa y le dice al amigo que se quede tranquilo, que todo está arreglado.
Homero le pregunta a qué arreglo se refiere. —Estuve conversando con la Parca, le dije que afloje, que se trata de un “gomía”. Se lo dije en voz baja. Me escuchó y se fue...
Barracas (patria mía), barrio de mis abuelos paternos y solar de la infancia de mi viejo.
ResponderEliminarDespués, tiempo después,el largo viaje de mi Malaver provincial hasta Barracas (toda una odisea), para visitar a los abuelos. (si parecen siglos).
Manzi es uno de mis preferidos."Nada acerca mejor que la distancia"
ResponderEliminarPalabras sin importancia
Letra: Homero Manzi
Música: Juan Cedrón
(8-12-2004)
Escuchame, al pasar, como yo escucho,
la lluvia que murmura en la ventana,
pensando en algo que olvidé hace mucho,
entre las cosas de la vida vana.
Escuchame también como si oyeras,
esa canción que se enredó en tu vida,
y que vuelve de pronto sin que quieras,
y que es más triste cuanto más se olvida.
Y piensa que mi voz es tu voz misma,
Y que murmuras lo que ya te dije,
Y que mi vida se encuentra con tu vida,
Y que estamos los dos un poco tristes.
Aquí estoy junto a ti, toma mi mano,
no me preguntes para qué he venido.
Piensa que soy tu amigo más lejano,
y que esta noche vuelvo del olvido.
Escuchame pensando que estoy lejos.
Nada acerca mejor que la distancia.
No te diré sentencias ni consejos,
Ni escucharás mentiras ni alabanzas.
Escuchame, al pasar, indiferente,
como se escucha el ruido en la distancia.
Olvida las palabras que te cuente,
mis palabras no tienen importancia.
Si, Manzi, uno de los dioses del Parnaso. Además siempre duele saber que se han ido tan pronto y cuanto se perdió de escribir.
ResponderEliminarPensaba también en Carriego, el otro día hicimos un programa en la radio dedicado a el y muy grande la deuda literaria que Homero, Celedonio, Discepolín, Cátulo tuvieron para con el poeta de la magra figura.
Un beso.
“Y allá se fue con Manzi el cielo de la infancia….”
ResponderEliminarY se fue demasiado pronto. Siempre nos preguntamos …. y si hubiera vivido más? Allí la nostalgia (como dice un queridísimo amigo), nos gana por puntos.
Me gusta mucho este soneto, su pluma exquisita estimadísimo Poeta
Lo abrazo
REM
Si, se fue prematuramente y mucha poesía partió con él. Una pena.
ResponderEliminarDisfruto que te haya gustado el poema, la palabra a veces vence a la nostalgia.
Un beso.